Mis queridos lectores de la columna Hay Una Esperanza, les escribo desde la ciudad de Miami, donde se deja sentir el frío y el viento que cala los huesos. Voy a comentarles algo que me ocurrió hoy la medio día: Las personas con quienes estamos quedándonos, muy gentilmente nos invitaron a comer hoy al medio día, en un restaurante de comida italiana, pero estilo buffet, que tiene un sistema de "coma todo lo que pueda por sólo $ 5.99".
Pasamos a servirnos y pues colocamos en nuestro plato solamente lo que consideramos que podíamos comer. La comida estaba muy buena, la sopa, la pizza, la ensalada e inclusive los postres.
Después de haber terminado nuestra comida, nos levantamos para irnos; al cruzar por todo el restaurante, pudimos observar la gran cantidad de platos llenos de comida que la gente había dejado sobre ellos. Pude meditar en algo sencillo, debido a que todo estaba incluído, la gente se da el lujo de servirse todo lo que se les antoja, aunque no tengan el apetito para ello.
Muchas veces en nuestra vida, no somos concientes de que estamos desperdiciando algo que otros pueden aprovechar; ocurre con la comida, con el agua, con el combustible y con muchas cosas más.
Así es también con la gracia del Señor, a veces no la aprovechamos, no la vivimos, aunque el Señor Jesucristo ya pagó para que la obtengamos, muchas veces la dejamos sin utilizar. La gracia es la habilidad de Dios en nosotros para no pecar.
Si sabes a que me estoy refiriendo, para tí ¡Hay Una Esperanza! Hoy es un buen día para que te dispongas a vivir en la plenitud de la gracia de Dios.
