Mis queridos lectores, sean protegidos este día y que todo lo que hagan sea para edificación y prosperidad suya.
Quiero comentarles acerca de una visita que recibimos esta mañana; se trata de una mujer muy necesitada de Dios, ella y su esposo, ambos personas de buen corazón, dieron dinero a sus socios para emprender un negocio, quedándose los socios con los activos y mitad del dinero.
Tanto ella como su esposo se sienten desesperados, frustrados e impotentes, con la diferencia que ella vino en búsqueda de oración, creyendo que sólo el Señor puede ayudarles en este momento tan difícil.
Cuando llegué para bendecir a la joven señora, mi sorpresa es que yo la había conocido hace tiempos ya. Ella solía ir a unas reuniones que hacíamos los martes por la tarde en casa de una vecina suya. En esa ocasión yo había orado por ella, declarando que su destino en Dios se cumpliría sin faltar nada. Poco tiempo después, ella se alejó y dejó de asistir a las reuniones.
Es asombroso humanamente, ver como Dios usa las circunstancias adversas para inclinar el corazón de los que son Suyos, a Su propio corazón.
No me cabe la menor duda que el Señor ya metió Su mano en el asunto y que tornará todo para bien de esta mujer de Dios y su familia.
Mi querido lector, si tú estás pensando que es tiempo para ti de volver tu corazón al Padre Dios, haces bien, puedo decirte que para ti Hay Una Esperanza; te aconsejo que lo hagas voluntariamente, te aseguro que vas a ser muy bendecido(a).